
Una mente libre
de resentimientos
CUIDE SU MENTE, DÍA TRES

Efesios 4:32
Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

Principio espiritual
El resentimiento y el odio destruyen la vida; el perdón fortalece y brinda paz.

Explore e investigue
A continuación, se proveen algunos apartados para ampliar la investigación y la exploración del tema.
1. Benignidad
El significado bíblico de Benignidad está íntimamente relacionado con la bondad (Gálatas 5:22-23). No obstante, también está relacionado con aquellos valores que consideramos buenos de imitar, tales como la paciencia, la generosidad, la compasión, etc.
En términos bíblicos, la benignidad describe a aquella persona que con el bien en su corazón, obra en consecuencia. Se podría decir que esa persona entiende el bien como un hábito y lo realiza en consonancia con sus creencias.
Principalmente, la benignidad es un atributo de Dios (Salmo 18:35, Oseas 2:19-20) que se ve reflejado en la vida de aquellos que con deseo y pasión le buscan continuamente.
2. Misericordia
Del latín “miseria del corazón” (miseria, cardio). Describe la acción de dolerse o sentirse conmovido por la situación miserable, afligida o conflictiva de otra persona.
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Con relación a Dios
Cualidad y acción de la naturaleza misma de Dios (Salmo 118:1, Miqueas 7:18, Efesios 2:4-5). La mejor descripción a nivel humano que se define como la consideración que posee una persona frente a la condición y necesidades de los demás.
La misericordia que proviene de Dios es la base del perdón divino. Es su amor fiel e inconmovible hacia sus elegidos. Esta acción se ve reflejada cuando Israel tuvo necesidad de provisiones como el caso del maná en el desierto (Éxodo 16:31-35), protección como sucede con el pastor que guarda a su rebaño (Salmo 23) o la liberación de los oprimidos (Salmo 56:12-23).
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Con relación a los hombres
El significado bíblico de misericordia quiere decir aquella habilidad que Dios da a ciertas personas relacionadas con Él para que puedan sentir compasión, empatía y amor por las personas, ya sean cristianos o no, o sean de ideologías diferentes, etc. Principalmente, se ofrece a aquellas personas que sufren.
El término misericordia, tiene una mezcla de compasión y gracia de Dios. En donde el amor, y la capacidad de ponerse en el sufrimiento de la otra persona es lo que definen este término. Esta palabra aparece muchas veces en la Biblia, pero es sobretodo en los Salmos donde más se menciona.
Una palabra que refleja fielmente el amor incondicional que debe de sentir un buen cristiano hacia los demás, sean o no parecidos a él, en donde sobretodo, se debe tener especial compasión con aquellas personas más desfavorecidas y con menos oportunidades en la vida.
Es una situación de piedad constante.
3. Perdón
Término que indica la condonación del pago de una deuda. Se diferencia de la disculpa, ya que disculpar es “restar algo de culpa” (dis=menos, restar). En contraste, el perdón es absolver completamente la culpa.
Perdón es una palabra compuesta en latín: per=por y don=regalo. En pocas palabras es “dar un don” o “dar un regalo”. Otorgar el perdón a alguien es darle como respuesta a su ofensa el regalo de la liberación de su deuda contra nosotros. De ahí que sea una respuesta inaudita y que causa extrañeza.
Los dos términos principales para perdón en el hebreo son “nasa” que es “quitar el pecado” y “salach” que es, literalmente, “perdonar”. En este último caso, Dios siempre es el sujeto de la acción.
En el Nuevo Testamento la palabra y raíz griega que se utiliza para perdonar tiene la traducción literal de “dejar pasar”, como cuando alguien deja de exigir el pago de alguna deuda.
Por otra parte, implica dejar de sentir resentimiento por algún tipo de daño recibido. Dios nos enseña a través de sus palabras y acciones que el perdón se fundamenta en el amor puro y honesto. Esto, desde luego, nunca significa aprobar o validar los actos ofensivos, sino más bien remover la deuda generada por aquellas malas acciones.
4. Odio
Fuerte reacción negativa; lo que se siente hacia alguien que se considera enemigo y que posiblemente indique hostilidad impredecible.
El odio hacia otras personas es una respuesta común en las relaciones humanas. Conflictos, celos y envidia, con frecuencia suelen terminar en animosidad, separación, venganza, hasta asesinato (Génesis 26:27, 27:41, Jueces 11:7, 2 Samuel 13:15,22). Por lo general, la Biblia condena el odio hacia otras personas y estimula el amor a los enemigos (Mateo 5:43-44). El Señor Jesús insistió en amar a los enemigos y hacer el bien a quienes nos odian (Lucas 6:27).
Los creyentes pueden practicar y ejercitar el odio en ciertos contextos. Por ejemplo, deben odiar todo aquello que se oponga a Dios. Este odio no es una actitud maliciosa. Más bien es coincidir con Dios en su oposición hacia el mal (Salmo 97:10, 139:19-22, Proverbios 8:13, 13:5, Amós 5:15).
Otro ejemplo es que, de acuerdo con las palabras del Señor Jesús, los discípulos tenían que “aborrecer” (repudiar, odiar) a sus familias para entonces seguirlo a Él (Lucas 14:26). Aquí el odio no se refiere a hostilidad emocional sino a una disposición consciente de las prioridades. Odiar, en este contexto, equivale a amar a la familia menos que a Jesús. Es una cuestión de prioridades. De manera similar, uno debe odiar su propia vida (valorar menos que) para entonces obtener la vida eterna (Juan 12:26).
5. Resentimiento
Sentimiento persistente de disgusto o enfado hacia alguien por considerarlo causante de cierta ofensa o daño sufrido y que se manifiesta en palabras o actos hostiles.