
Una mente que interpreta la aflicción como una bendición
CUIDE SU MENTE, DÍA CUATRO

Salmo 34:19
Muchas son las aflicciones del justo,
pero de todas ellas le librará Jehová.

Principio espiritual
Para los hijos de Dios, la adversidad, el desafío y el problema equivalen a una oportunidad.

Explore e investigue
A continuación, se proveen algunos apartados para ampliar la investigación y la exploración del tema.
1. Aflicción
La aflicción es la acción o el resultado de afligir o afligirse. Hace referencia a un profundo sentimiento de tristeza, pena, dolor, amargura, desesperación o sufrimiento. Se trata de un estado temporal, ya que Dios aparece como la solución para ese sentimiento.
Esta palabra se encuentra relacionada con el temor (Salmo 56:3), el sufrimiento (2 Timoteo 3:11), la angustia (Salmo 4:1), la enfermedad (Salmo 147:3, Salmo 32:3) y la tristeza (Proverbios 17:22 “ánimo decaído”).
De acuerdo con la Biblia, la aflicción puede presentarse y aparecer también en la vida de los hijos de Dios, debido a que las pruebas, persecuciones y sufrimientos son parte de la vida cristiana (Salmo 42:11, 2 Corintios 4:8-9, Apocalipsis 2:10).
En el marco de las Sagradas Escrituras, Dios se presenta como el remedio para la aflicción (Salmo 50:15), como el Gran Libertador de su pueblo cuando ellos sufren (Éxodo 3:7-8) y Aquel que escucha sus oraciones en medio del dolor, cuando el pueblo suyo se arrepiente y le busca (2 Crónicas 7:14).
2. Desafío
Los hijos de Dios, en muchas ocasiones, se verán atravesando dificultades y grandes retos que eventualmente los conducirán a conquistar grandes bendiciones. Sin embargo, muchas personas nunca alcanzan el éxito en la vida ya que el miedo les detiene.
Theodore Roosevelt dijo: “Es mucho mejor enfrentarse a los grandes desafíos y aspirar a gloriosos triunfos, aun arriesgándose a perder, que integrarse a las filas de los mediocres, que nunca se alegran ni sufren demasiado, porque viven en una gris penumbra, sin victorias ni derrotas”.
Un desafío es una situación que supera la capacidad, la fuerza o el ingenio de una persona. Se puede decir que es una “situación límite”. Para superar un desafío, a menudo, se deben superar retos a través de una actitud positiva y activa.
Un ejemplo en particular es la historia de Eliseo y su siervo (2 Reyes 6:14-17). Para superar el desafío, Eliseo animó a su siervo a “no temer”, lo que implica una actitud de no dejarse vencer por lo que uno ve, palpa u oye.
Además, oró por él pidiendo a Dios que sus ojos fueran abiertos. Así también, para superar un desafío, debemos orar continuamente. Naturalmente, la plena confianza en Dios es indispensable a la hora de enfrentar los desafíos que la vida nos presenta.
Otros ejemplos de desafíos en la Biblia:
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Dios le promete a Abraham que tendrá un hijo en su vejez (Génesis 15:4-5)
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Comandados por Josué, los israelitas deben conquistar Jericó (Josué 6:1-5)
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David enfrenta a Goliat (1 Samuel 17:31-37)
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Pedro es llamado por el Señor Jesús para caminar sobre las aguas (Mateo 14:22-33)
3. Problema
Cuestión que se presenta para hallar una solución desconocida a partir de los recursos, habilidades, oportunidades o medios de los que se dispone.
En el contexto bíblico, un problema en la vida de los creyentes, a menudo, es seguido de una bendición, una lección o una corrección de parte de Dios. El problema y el sufrimiento siempre van de la mano, ya que el problema supone una perdida de la seguridad, la estabilidad y la comodidad. Sin embargo, siempre que se sufre en las manos de Dios, el resultado es favorable y provechoso para los hijos de Dios (Salmo 71:20, 119:71).
El ejemplo más claro acerca del sufrimiento y la bendición seguida es la cruz de Cristo. El Salvador tuvo que entregar su vida por medio de un sacrificio cruento y fue sepultado. Sin embargo, al tercer día resucitó y, posteriormente, ascendió a los cielos, en donde está sentado a la diestra del Padre.
4. Liberación
Rescate del peligro. En la Biblia, Dios es quien libera (Salmo 18:50, 32:7, 44:4). Dios puede valerse de muchos medios para efectuar su liberación (Éxodo 14:28).
En el Antiguo Testamento, la liberación se refiere mayormente a la victoria en la batalla (Jueces 15:18, 2 Reyes 5:1, 13:17, 2 Crónicas 12:7). Las traducciones más modernas usan la palabra “liberación” para referirse al rescate del peligro (Hechos 7:25, Filipenses 1:19).
Dios es el gran Libertador de los justos, a quienes ama y da su providencial cuidado. Él es poderoso para librar del hambre, de la guerra, de la calumnia, de la destrucción (Job 5:19-26).
La Biblia también habla de la liberación del pecado (Salmo 39:8, 79:9), del camino de la maldad (Proverbios 2:12), del poder del mal (Mateo 6:13, Gálatas 1:4) y de la ira venidera (1 Tesalonicenses 1:10), siendo Cristo el Agente de liberación para los creyentes.