top of page
5.-¡Es-una-nueva-criatura!.jpg

¡Es una nueva
criatura!

DESARROLLE SU MENTALIDAD, DÍA CINCO

1-Café.jpg

2 Corintios 5:17

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

2-Medalla.jpg

Principio espiritual

Lo que pensamos de nosotros mismos influye en nuestras acciones, sueños y conducta.

4-Lupa.jpg

Explore e investigue

A continuación, se proveen algunos apartados para ampliar la investigación y la exploración del tema.

     1. En Cristo

Gálatas 3:26-28 nos da una clara idea del significado de la frase "en Cristo" y lo que implica. El pasaje señala: “Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús". 

 

Pablo está hablando a los cristianos en Galacia, recordándoles su nueva identidad por cuanto colocaron su fe en Jesucristo. Ser "bautizados en Cristo" significa que fueron identificados con Cristo, habiendo abandonado sus antiguas vidas de pecado y abrazando totalmente la vida nueva en Cristo (Marcos 8:34, Lucas 9:23). 

 

Cuando respondemos al llamado del Espíritu Santo, Él nos "bautiza" en la familia de Dios (1 Corintios 12:13).

 

Varios pasajes de las escrituras se refieren al creyente estando "en Cristo" (1 Pedro 5:14, Filipenses 1:1, Romanos 8:1, 2 Corintios 5:17). Colosenses 3:3 dice, "Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios". 

 

Dios es la perfecta justicia. Él no puede simplemente pasar por alto ni excusar nuestro pecado; eso no sería justo. Se tuvo que pagar un alto precio por el pecado. Toda la ira que Dios tiene hacia el mal, fue derramada sobre su propio Hijo. 

 

Cuando Jesús tomó nuestro lugar en la cruz, Él sufrió el castigo que nuestro pecado merece. Sus últimas palabras antes de morir fueron, "Consumado es" (Juan 19:30). ¿Qué se había consumado? No sólo su vida en la tierra. Como lo probó tres días después, eso no había terminado (Mateo 28:7, Marcos 16:6, 1 Corintios 15:6). Lo que terminó en la cruz fue la obra de Dios para redimir a su mundo caído. Cuando Jesús dijo, "Consumado es", estaba declarando que había logrado pagar en su totalidad por cada acto de rebeldía, en el pasado, presente y futuro.

 

Estar "en Cristo" significa que hemos aceptado su sacrificio como pago por nuestro propio pecado. Nuestros antecedentes penales contienen cada pensamiento pecaminoso, palabra, actitud o acción que alguna vez hayamos cometido. 

 

Ninguna cantidad de auto-limpieza puede hacernos lo suficientemente puros como para merecer el perdón y una relación con un Dios Santo (Romanos 3:10-12). La biblia dice que en nuestra condición natural pecaminosa somos enemigos de Dios (Romanos 5:10). 

 

Cuando aceptamos su sacrificio a favor nuestro, Él cambia las cuentas con nosotros. Él intercambia nuestra lista de pecados por su perfecto estado de cuenta que es totalmente agradable a Dios (2 Corintios 5:21, esto es a lo que conocemos como “doble imputación”). Un intercambio divino tiene lugar al pie de la cruz: nuestra vieja naturaleza de pecado por su perfecta naturaleza (2 Corintios 5:17).

 

Para entrar en la presencia de un Dios santo, debemos estar escondidos en la justicia de Cristo. Estar "en Cristo" significa que Dios ya no ve nuestras imperfecciones; Él ve la justicia de su propio Hijo (Efesios 2:13, Hebreos 8:12). Únicamente "en Cristo" la deuda por nuestro pecado es cancelada, nuestra relación con Dios es restaurada, y garantizada nuestra eternidad (Juan 3:16-18, 20:31).

     2. Nueva criatura

La nueva criatura se describe en 2 Corintios 5:17 de la siguiente manera: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas". 

 

La frase "de modo que" nos remite a los versículos 14-16 donde Pablo nos dice que todos los creyentes han muerto con Cristo y ya no viven para sí mismos. Es decir, nuestras vidas ya no son de este mundo; ahora son espirituales. Nuestra "muerte" es la de la vieja naturaleza pecaminosa que fue clavada en la cruz con Cristo. Fue sepultada con Él, y así como Él fue resucitado por el padre, así también nosotros somos levantados para "andar en vida nueva" (Romanos 6:4). Esa nueva persona que fue levantada es la que Pablo menciona en 2 Corintios 5:17 como la "nueva criatura".

 

Para entender la nueva criatura, primero debemos entender que en realidad es una creación, algo creado por Dios. Juan 1:13 nos dice que este nuevo nacimiento se produjo por la voluntad de Dios. No hemos heredado la naturaleza nueva, no decidimos re-crearnos o re-hacernos a nosotros mismos una vez más, ni tampoco Dios limpió nuestra vieja naturaleza; Él creó algo totalmente fresco y único. La nueva creación es completamente nueva, traída de la nada, al igual que todo el universo fue creado por Dios, “ex nihilo” (expresión en latín para referirse a la creación del cosmos a partir de la nada). Sólo el Creador puede lograr tal hazaña.

 

En segundo lugar, "las cosas viejas pasaron". Lo "viejo" se refiere a todo lo que es parte de nuestra vieja naturaleza, el orgullo natural, el amor al pecado, la confianza en las obras, y nuestras opiniones, hábitos y pasiones pasadas. 

 

Más importante aún, lo que amábamos ha muerto, especialmente el máximo amor a uno mismo y con ello la jactancia, la auto-promoción y la auto-justificación. 

 

La nueva criatura ve externamente y pone su mirada en Cristo en lugar de verse interiormente a sí mismo. Las cosas viejas murieron, se clavaron en la cruz con nuestra naturaleza pecaminosa.

 

La expresión “las cosas viejas pasaron”, básicamente, se refiere a todas las cosas que vivimos, practicamos, amamos y buscamos en Adán. La primera creación está condenada por Dios y será destruída por el fuego (2 Pedro 3:10). Todo lo que corresponde a Adán será castigado y deshecho. Aquellos que están en Cristo, y por lo tanto son nuevas criaturas, han dejado atrás lo viejo, lo pecaminoso, lo que será castigado y destruído, pues han sido justificados por la fe en Cristo Jesús (Romanos 5:1).

 

Al igual que ha pasado lo viejo, "he aquí todas son hechas nuevas". Las cosas viejas y muertas se reemplazan con cosas nuevas, llenas de vida y de la gloria de Dios. 

 

El alma del nacido de nuevo (regenerado) se deleita en las cosas de Dios y aborrece las cosas del mundo y de la carne. Nuestros propósitos, sentimientos, deseos e ideas son frescos y diferentes. Vemos el mundo de manera diferente. 

 

La biblia parece ser un nuevo libro, y aunque la hayamos leído antes, hay una belleza en ella que nunca vimos antes, y que nos maravillamos de no haber percibido. Toda la imagen de la naturaleza nos parece diferente, y parece que estamos en un mundo nuevo.

 

Los cielos y la tierra están llenos de nuevas maravillas, y todas las cosas parecen que ahora cuentan las alabanzas de Dios. Hay nuevos sentimientos hacia todas las personas, una nueva clase de amor hacia la familia y amigos, una nueva compasión que nunca antes se sintió por los enemigos, y un nuevo amor por la humanidad. 

 

El pecado al que una vez nos aferramos, ahora deseamos que se aleje para siempre. Nos "despojamos del viejo hombre con sus hechos" (Colosenses 3:9), y nos vestimos del "nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad" (Efesios 4:24).

 

¿Qué pasa con el cristiano que sigue pecando? Hay una diferencia entre seguir pecando y seguir viviendo en pecado. Nadie alcanza la perfección de vivir sin pecado en esta vida, pero el cristiano redimido está siendo santificado (hecho santo) día a día, pecando menos y odiando más el pecado cada vez que falla. Sí, todavía pecamos, pero en la medida que maduramos lo hacemos involuntariamente y con menor frecuencia. 

 

Nuestra nueva naturaleza odia el pecado que todavía tiene poder sobre nosotros. La diferencia es que la nueva creación ya no es esclava del pecado, como fuimos anteriormente. Ahora somos libres del pecado y este ya no tiene poder sobre nosotros (Romanos 6:6-7). Ahora estamos empoderados por y para la justicia. Ahora tenemos la opción de "dejar que el pecado reine" o considerarnos "muertos al pecado pero vivos para Dios en Cristo Jesús" (Romanos 6:11-12). Lo mejor de todo es que ahora tenemos el poder de elegir lo segundo.

 

La nueva creación es una cosa maravillosa, formada en la mente de Dios y creada por su poder y para su gloria, en Cristo.

 

 

     3. Autoimagen

La autoimagen es la manera en la que una persona se percibe y se considera a sí misma. Es decir, es la forma en la que nos vemos a nosotros mismos. Otra manera de decirlo es que la autoimagen es nuestra propia identidad. 

 

Toda persona tiene estampada en su corazón su propia autoimagen, y piensa, siente, habla y actúa según esa imagen propia. 

 

Una persona nunca podrá ir más allá de lo que piensa de sí misma. Es decir, si uno tiene un concepto de sí mismo de fracaso e imposibilidad, es muy probable que nunca emprenda algo nuevo ni se aventure a abrirse paso para alcanzar sus sueños. Por el contrario, si uno tiene una autoimagen sana, positiva y esperanzada, se caracterizará por el entusiasmo y un buen ánimo. 

 

A partir de la caída de Adán y Eva, el hombre fue contagiado por el virus del pecado. Al ser expuesto a este virus, el hombre se corrompió. Como consecuencia, su relación con Dios fue quebrantada, quedó desnudo y destituido de la gloria de Dios. 

 

Por lo tanto, al separarse de Dios, el concepto de sí mismo se distorsionó. Al pecar, el hombre no solo quedó separado de Dios sino también de sí mismo y de otros seres humanos, obligado a vivir sin identidad. 

 

Es por eso que, una de las peores consecuencias del pecado es la perdida de la identidad. Una persona que no tiene identidad caerá en alguna de estas distorsiones: 

 

  • Adicciones

Es cuando una persona ata su vida con la soga de las malas costum- bres. Queda preso de los deseos carnales, el alcoholismo, las drogas, los juegos de azar, las apuestas, la pornografía, etc. 

 

  • Infelicidad

Es cuando una persona llega a pensar que no merece ser amada y se vuelve distante y rebelde. Por lo general, tales personas terminan destruyendo sus vidas y viven presas del odio y la ira. 

 

  • Fracaso

Una persona, al ver su falta de capacidad, recursos y apoyo de otros, termina pensando que nunca logrará nada importante. 

 

La identidad consiste en saber de dónde vengo, por qué razón vivo y hacia dónde me dirijo. Cuando una persona tiene identidad, por lo general, adquiere propósito y una razón para vivir. Entonces, vive con entusiasmo. Sin embargo, la persona que carece de identidad se perderá a sí misma en las adicciones, la infelicidad y el fracaso. Como consecuencia, su vida se destruye y cae en el dolor y la amargura.

 

     4. Mentalidad

Conjunto de creencias y costumbres que conforman el modo de pensar, enjuiciar la realidad y actuar de un individuo o de una colectividad. 

 

Capacidad o actividad mental.

En Cristo
Nueva Criatura
Autoimagen
Mentalidad

ASCENDER IGLESIA 2022

bottom of page