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Una fe
perseverante

AVANCE CON FE, DÍA CINCO

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Marcos 10:52

Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.

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Principio espiritual

La fe verdadera nos lleva a perseverar hasta el fin aunque haya fracasos en el camino.

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Explore e investigue

A continuación, se proveen algunos apartados para ampliar la investigación y la exploración del tema.

     1. Dios

Ser personal, Creador (Génesis 1:1, Salmo 115:15) y Señor del universo (Isaías 37:16, 44:24), Redentor de su pueblo (Isaías 44:22, 48:17), autor definitivo y tema principal de las Escrituras (2 Timoteo 3:16); objeto de confesión, adoración y servicio de la iglesia.

 

  • Carácter de Dios

A través de las Escrituras, en el trato de Dios con el hombre, podemos ver el carácter de Dios revelado por completo, particularmente en acción a través de Jesucristo, el Señor de la gloria, la Palabra encarnada (Juan 1:1,14). Hay al menos dos declaraciones que se deben afirmar en cuanto al carácter de Dios:

 

Uno. El carácter de Dios es amor santo. 

Es importante no separar nunca la santidad de Dios del amor de Dios. Dios es santo (Levítico 11:44, Isaías 6:3, Apocalipsis 4:8). Santo refleja el significado de separación y trascendencia. Dios es “separado” de su creación porque Él no tiene principio ni final (Salmo 90:2). Él es eterno y perpetuo (Deuteronomio 33:27, Salmo 102:12, 26-27).

 

Además, el carácter santo de Dios implica pureza moral en el sentido de su separación con el pecado. La santidad de Dios equivale a que Él es puro, recto y justo. De ahí que, en repetidas ocasiones, la Biblia enfatice el hecho de que nuestro pecado y la santidad de Dios no son compatibles (Éxodo 34:7, Romanos 2:8-16).

 

En cuanto a esta primera declaración sobre el carácter de Dios, debemos afirmar que Él es amor: amor santo (1 Juan 4:8). A menudo se piensa que la santidad divina y el amor parecieran ser opuestos, algo que las Escrituras no enseñan. La Biblia no interpreta el amor de Dios como un mero sentimentalismo o cerrar sus ojos ante nuestro pecado. Más bien, percibe el amor divino como aquello que ama lo que no merece ser amado (Romanos 5:8, 1 Juan 4:10). La manifestación suprema del amor de Dios es la entrega de su propio Hijo amado como sacrificio propiciatorio a nuestro favor para ser librados de su ira (Romanos 3:21-26).

 

Dos. El carácter de Dios es perfecto moralmente.

En todo el trato de Dios con su creación y con su pueblo, Él manifiesta la maravilla, la bendición y la perfección de su carácter. En relación con su pueblo, Dios se revela como el Dios de gracia y verdad, lento para la ira y grande en misericordia y verdad (Éxodo 34:6-7, Salmo 103:8, Malaquías 1:2-3).

 

Incluso en su relación con el mundo rebelde, Dios despliega su generosidad, bondad y paciencia, al igual que su justicia y juicio santo (Salmo 65:9-13, 104:10-30, Mateo 5:44-45, Hechos 14:16-17).

 

  • Nombres de Dios

Conocer los nombres de Dios es importante para comprender su carácter y su obra. Los nombres de Dios se conocen porque Él los dio a conocer. La verdad del carácter de Dios se centra en su nombre. En la Biblia, muchos de los nombres de Dios estaban asociados con la antigua palabra “EL”, la cual equivale a “Dios” o “deidad”.

 

El-Shaddai

Dios de los montes, el Dios Todopoderoso (Génesis 17:1-2, Éxodo 6:3, Salmo 91:1).

 

El-Elyon

El Dios Altísimo, el Dios exaltado sobre todo (Números 24:16, 2 Samuel 22:14, Salmo 18:13). Melquisedec era sacerdote de El-Elyon (Génesis 14:19-20).

 

El-Olam

Dios de la eternidad, Dios eterno (Génesis 21:33, Isaías 26:4, Salmo 90:2). Hace referencia al Dios soberano, quien es Rey más allá del tiempo y de nuestra capacidad de ver o entender.

 

El-Roi

El Dios que me ve, Dios de visión (Génesis 16:13). Dios ve las necesidades de su pueblo y responde.

 

Elohim

Forma plural de la deidad (Génesis 1:26 “hagamos”, plural). Término utilizado con frecuencia y que constituye la más amplia de las combinaciones correspondientes a “EL”. La pluralidad de esta palabra no se refiere al politeísmo. Es un plural de majestad. Es una revelación de la naturaleza infinita de Dios.

 

  • Títulos simbólicos

Una característica sobresaliente en las Escrituras es el uso de lenguaje figurativo. Muchos de los nombres de Dios son simbólicos e ilustrativos. Por ejemplo, Roca (Deuteronomio 32:18), Refugio (Salmo 9:9), Fortaleza (Salmo 18:2), Escudo (Salmo 84:11), Sol (Salmo 84:11), Refinador (Malaquías 3:2-3).

 

  • Nombres con connotación política

Muchas descripciones de Dios surgen de la vida política. Por ejemplo, Rey (Salmo 24:10), Juez (Salmo 7:11, Isaías 33:22), Pastor (Salmo 23:1, Ezequiel 34:11).

     2. Solamente

Adverbio. Utilizado para cuantificar. Indica que no se incluye ninguna otra cosa además de la que se expresa, por lo tanto, es un término de “exclusividad”: nadie más.

 

De un solo modo, en una sola cosa, o sin otra cosa.

 

 

     3. Alma

En las Escrituras, la palabra “alma” se refiere a varias cosas. Se refiere primordialmente a la parte interior de la persona, es decir, su aspecto no físico.

 

En el Antiguo Testamento, la palabra para alma es “Nephesh” y aparece más de 750 veces. En todas las ocasiones se refiere a “vida” o “que posee vida”.

 

En el Nuevo Testamento, la palabra para alma es “Psyche” y tiene un significado muy similar al vocablo hebreo Nephesh.

 

De acuerdo con la Biblia, el alma es la encargada de desempeñar el papel de pensar (Proverbios 19:2, Salmo 139:14), sentir (Salmo 10:3, 84:2) y decidir (Salmo 107:5, Jonás 2:7). De esta forma, con el alma pensamos, sentimos y actuamos. De ahí que el alma involucre las funciones de la mente.

 

     4. Mente o corazón

Aunque no existe ninguna palabra hebrea que equivalga al termino español “mente” existen palabras que hacen referencia directa a las funciones de la mente, la cual es el centro de la actividad intelectual. Una de estas palabras es “Leb” que significa “corazón”. Por ejemplo, Moisés dijo que no hacia las cosas de su propia voluntad (o mente) en Números 16:28.

 

En la Biblia, el corazón es el centro de la vida física, mental y espiritual del ser humano. “Corazón” se refiere al órgano físico y se le considera como el centro de la vida física. Se dice que comer y beber fortalece el corazón (Génesis 18:5, Jueces 19:5). Como centro de la vida física, el corazón llega a representar toda la persona.

 

El corazón y el intelecto están estrechamente relacionados, y al corazón se le considera como el asiento de la inteligencia (Mateo 13:15 NVI). El corazón está vinculado al pensamiento (Proverbios 23:7). Meditar algo en el corazón significa considerarlo cuidadosamente (Lucas 1:66, 2:19). La forma hebrea literal de decir que uno se preocupa por algo es “poner en ello el corazón”. Todas las anteriores son funciones mentales, pero en el lenguaje bíblico están relacionadas con el corazón.

 

Por lo tanto, cuando la Biblia nos anima a cuidar el corazón (Proverbios 4:23) o a reflexionar sobre el corazón como el origen de la inmoralidad (Mateo 15:19), en realidad está señalando a la mente.

 

 

     5. Descanso

Quietud, reposo o pausa en el trabajo o fatiga. Asiento sobre el que uno se apoya o afirma. Causa de alivio en las dificultades. Es el resultado de acercarnos a Cristo en dependencia total, para dejarle nuestras cargas, mientras confiamos en Él (Mateo 11:28).

Dios
Solamente
Alma
Mente o corazón
Descanso

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